Los mercedarios somos enviados por el Señor, a través de nuestra Orden, a hacer presente su mensaje liberador en esta sociedad cada vez más descristianizada. Nuestra principal tarea es hacer presente ese mensaje de liberación con nuestra vida entregada y con nuestras palabras, allí donde las personas lo desconocen o se han alejado de él.
Esa tarea liberadora la ejercemos los mercedarios desde nuestro propio carisma, que “nos compromete a testimoniar la misma buena nueva de amor y redención que ha hecho presente desde el comienzo de su historia” (Const.3).
Nuestra inserción en 15 parroquias nos lleva a realizar muchos servicios, tanto celebrativos, como formativos o de otra índole, que deben tener un sello característico, el que define a la Orden, y puede resumirse en un compromiso liberador de toda clase de marginación y cautividad que atañe a muchas personas de nuestro entorno. Es, pues, primordial, que todas nuestras parroquias tengan este sello identificador y este estilo de trabajo pastoral.