Por carisma de la Merced se entiende el don del misterio del amor de Dios que la Orden recibió en su fundación como misión eclesial específica y razón de ser en medio de la sociedad.

 

La Orden de la Merced nace en el siglo XIII con la misión específica de redimir a los cautivos cristianos. Se trata de una obra de misericordia. La sociedad cristiana medieval, y en particular en España, convive con la llaga del cautiverio. Hombres y mujeres cristianos, en el enfrentamiento entre el mundo musulmán y el mundo cristiano, eran arrancados de su tierra, de su familia y de su sociedad y venían reducidos a cautividad, esto es, a mera mercancía humana. Los mercedarios tenían como misión, en primer lugar, despertar y aglutinar la solidaridad cristianar para remediar la llaga de la cautividad. La libertad tenía un precio. Además, estos frailes estaban llamados a sumergirse en los suburbios de la sociedad de frontera para sostener en la Esperanza a los cautivos y en la medida de lo posible rescatarlos. La novedad mercedaria radica, en primer lugar, en realizar los rescates sin llevar ganancia alguna, por merced, esto es, por misericordia. Y, en segundo lugar, en buscar medios para redimir a los más pobres sin recursos para alcanzar su libertad, y con ella su dignidad. Los mercedarios, con su visita a los suburbios sociales de frontera y con sus redenciones intentaban sostener a los pobres cautivos en su fe cristiana para que no desesperaran, en esta dura situación, y no cayeran en la tentación de acomodarse a vivir de un modo liminar sin fe y sin moral, es decir, sin dignidad cristiana. De ahí que los mercedarios llegaran a hacer un cuarto voto en el que prometían «estar dispuestos a quedarse en rehenes, si fuese necesario, por los cautivos en peligro de perder su fe».

 

Con la desaparación de este contexto social y con ello de la cutividad clásica, la Merced ha seguido y sigue escudriñando las nuevas formas de cautividad. La lectura de su carisma-misión actual está definido en el número 16 de sus Constituciones:

 

«Las nuevas formas de cautividad, constituyen el campo propio de la misión y cuarto voto mercedarios, se dan allí donde hay una situación social en la que ocurren las siguientes condiciones:

 

1ª es opresora y degradante de la persona humana;

2ª nace de princpios y sistemas opuestos al evangelio;

3ª pone en peligro la fe de los cristianos; y

4ª ofrece la posibilidad de ayudar, visitar y redimir a las personas que se encuentran dentro de ella».

 

Los mercedarios hoy, desde una profunda vida de fe, que los hace libres, intentan ser merced (Amor) y extensión de la redención cristiana en los márgenes sociales para ayudar al hombre a confiar y vivir esperanzados (Fe) en la redención de Cristo.